“El marketing tradicional les habla A las personas, el marketing de contenidos habla CON ellas” (Doug Kessler, reconocido marketero en Europa)
A medida que aumentan los casos de coronavirus a nivel mundial, las empresas han empezado una ardua batalla por permanecer en el mercado.
Resulta ya bastante difícil mantener un negocio a flote para aquellos emprendedores con o sin espalda financiera como para estar pensando en aquel marketing costoso que tal vez antes podían pagar.
Es por esta razón, que muchas marcas sobre todo aquellas nuevas están publicitando de manera empírica sus productos o servicios a través de herramientas tecnológicas gratuitas que tienen a su alcance, pero ¿lo están haciendo de la manera correcta?
Al hacer una búsqueda rápida por páginas de Facebook o Instagram se puede ver mucha publicidad repetitiva de distintos tipos de negocio en los cuales la estrella de cada uno de estos posts, videos y/o fotos es el producto que venden o el servicio que prestan.
¿Es realmente efectivo en estos tiempos de pandemia bombardear al cliente con este tipo de publicidad tradicional en el cual el objetivo evidente es vender, vender y vender? Si ya desde hace unos años se dejó de lado esta forma de marketing, entonces ¿por qué ahora los emprendedores están llenando sus plataformas virtuales con este tipo de publicidad? Parece que la desesperación de todos por vender desvía las estrategias realmente efectivas que toda marca debe emplear para enganchar con sus clientes: el marketing de contenidos.
Pero ¿entendemos realmente la diferencia entre el marketing tradicional y el marketing de contenidos? Aunque la mayor parte de usuarios sabe que el marketing tradicional es aquel que enfoca su acción en las ventas del momento centrando su objetivo en el producto o servicio que genera la empresa y el marketing de contenidos se basa en crear contenidos, el fin de este segundo tipo de marketing no resulta así de sencillo. En realidad, la idea del marketing de contenidos es ofrecerle al cliente algo diferente, enamorador y que le de un valor agregado al producto o servicio de la empresa. Por ejemplo, una marca que vende harina puede generar posts en Facebook con recetas para hacer distintos postres que unen en la cocina a toda la familia o aquel negocio que vende ropa deportiva puede publicitar pequeños videos en Instagram con rutinas para ejercitarse en casa.
Es así como el marketing de contenidos puede convertirse en una forma eficaz y muy económica de mantener contacto con los clientes. Existe un sinfín de opciones para promocionar contenido en donde las más conocidas son las plataformas de Facebook, Instagram, Youtube, TikTok y Twitter.
Para poder tener éxito con este tipo de marketing uno no se debe centrar en un solo formato publicitario, ya que la idea es diversificarlos y así también diversificar la audiencia. Se pueden crear posts, imágenes, infografías, videos, webinars, entre otros. La idea es que en estos tiempos de pandemia una empresa aprenda a reinventar sus estrategias de marketing aprovechando las ventajas tecnológicas gratuitas de las que se disponen sin perder de vista los objetivos de la campaña que se tengan trazados.